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En la reciente gala de los MTV Video Music Awards
 -un evento peculiar donde los haya-, todos los colegas
 de Britney Spears quisieron hacerle un especia
l homenaje por su vuelta al ruedo musical. Una andrógina
 Lady Gaga, transmutada en su alter ego Jo Calderone,
 tuvo el honor de dar paso a este tributo para la 
princesa del pop, que miraba atónita los movimientos 
de los bailarines que danzaban a ritmo de medley todos 
sus éxitos. Y es que, MTV ha significado mucho a 
lo largo de la carrera musical de Britney Spears. 
Pongamos en funcionamiento la máquina del tiempo y 
viajemos para revivir lo que esta cadena ha significado
 para una de las rubias más especiales y 
queridas del mainstream. 
Primera parada. Año 2007, MTV Video Music Awards.
Britney abre la gala, desmejorada, luciendo un bikini 
y un corte de pelo que no favorecen nada a su nueva 
fisionomía. Empieza, sin ganas, a intentar seguir los
pasos de la coreografía y el playback de su nuevo 
single, ‘Gimme more’. El resultado: una actuación 
catastrófica que prende la mecha de las lenguas 
viperinas de los medios más sensacionalistas. ¿Qué
le pasa a Britney? Aquella adorable y naive chica 
que triunfó de la noche a la mañana con éxitos como
‘Baby One More Time’, ‘Oops!… I did it again’, 
‘I’m a Slave for you’ (sencillo que se lanzó en otra
gala de la misma cadena pero en el año 2001, 
mientras danzaba con una serpiente alrededor de 
su cuerpo) o ‘Toxic’. Esa niña-mujer que recaudó 
millones de dólares y que desbancó al mismísimo 
Michael Jackson. Una de las pocas que puede decir
que ha hecho un dueto musical y sexual con Madonna
(gala MTV VMA, año 2003). La misma cuyos éxitos 
compararon con The Beatles, The Doors o el 
mismísimo Elvis Presley… 
Parecía que Britney se rompía por momentos, 
debido a la cantidad de problemas personales que
acarreaba. Ella se tomó su tiempo y decidió volver. 
Pasaron cuatro años edulcorados con lanzamientos de
grandes éxitos hasta que, por fin, decidió ponerle
punto y final a aquella etapa de locura y perdición.
Y, aunque su llegada a los escenarios no fue de las
mejores, sí que representó un reto y una superación
personales. Una oda a la supervivencia. Un grito al 
cielo: “Sigo aquí, y aquí voy a seguir”. El ‘I will
survive’ del siglo XXI.
Su vuelta con Blackout (2007), considerado álbum de 
culto por varios sectores musicales, y, posteriormente,
con Circus (2008) nos dio la oportunidad de ver a una
nueva Britney. Pero ha sido con Femme Fatale (2011) 
cuando esta ave fénix del pop ha resurgido totalmente
de sus cenizas envuelta en tules, lentejuelas, tintes 
de colores y uñas de gel. Un resurgimiento del fenómeno
pop que aporta coherencia a un sector bastante 
pervertido por el resto de sucesoras (o intentos de)
que han osado, incluso, arrebatarle, mientras que 
ella callaba, su trono-mainstream. 
Pero este 28 de agosto, MTV, una vez más, nos demostró
que la única princesa del pop que hay es Britney 
Spears y que todas sus presuntas discípulas deben 
ejercer de séquito en la alfombra roja. Sus nuevos
singles -‘Hold it against me’, ‘Till the World Ends’,
‘I wanna go’ y su dueto con Rihanna en ‘S&M’- rompen 
las pistas de baile. La Spears ha vuelto para quedarse.
Y esperamos que sea, no por mucho tiempo, sino
eternamente. Britney… you rock!
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